El jurado que no podía ir a conciertos

Hace días un amigo de la familia, pianista de fama internacional, reconocido mundialmente, maestro de pianistas y jurado oficial en numerosos concursos nos confesó que hacía años que no asistía a conciertos de otros pianistas del momento como Sokolov, Einaudi, Lang Lang, etc.
El motivo para él era muy simple, no podía extraerse de su papel de jurado. En vez de disfrutar del concierto, estaba pendiente de la ejecución, la técnicas, la expresividad y mil otros detalles siendo imposible para el desconectar. Por ello ya solo iba a conciertos de lírica, que al no ser su expertize podía disfrutar sin juzgar.

Por suerte, yo tengo la fortuna de no estar en este nivel. Cada vez que asisto a la clase de un compañero, amigo o total desconocido que imparte yoga lo hago como si fuera la primera vez. Con ojos nuevos, con las orejas abiertas y disfrutando al máximo de lo que me quieran enseñar.  Cada persona transmite un poco de si misma en las clases y es un placer poder-lo ver, sin juzgarlo ni compararlo con como lo haría yo misma.

Esto forma parte de mi manera de ser, donde compartir significa esto, una relación donde aprendo y aprendemos cada día de aquello que se nos presenta.

Así que no está de más: gracias, gracias y mil gracias a todos los profesores, profesoras, maestros, gurus y otros que nos hemos ido cruzando en esta vida y que he podido disfrutar de vuestras clases y enseñanzas. Mi más eterna gratitud y tranquilos que sigo aprendiendo cada día alguna cosa nueva.

Gracias de todo corazón!