Hoy os quiero hablar de la importancia de la desconexión ya sea durante las vacaciones o cualquier momento que tengamos durante el año. Desconexión en todos los sentidos, pero sobre todo:
- Desconectar de la tecnología y los aparatos electrónicos: televisor, pantallas de ordenador, tablets, teléfono móvil (con whatsapp y todas las redes sociales que frecuentamos), libros electrónicos, luz de fluorescentes y en general cualquier aparato eléctrico.
- Desconectar del trabajo: romper 100% durante unos días, no leer ningún correo electrónico, no planificar nuevos cursos ni nuevas clases, no hablar de trabajo con los amigos o la familia, no leer libros relacionados con el trabajo y no contestar al teléfono de el trabajo.
- Desconectar de la ciudad: sobre todo los coches, el asfalto, la gente caminando deprisa y el exceso de impactos visuales que genera.
Esta desconexión nos dará calidad de vida. Yo recomiendo hacerlo en soledad y silencio con grandes caminatas por la naturaleza, ya sea la playa, la montaña o el campo. Alejados de las zonas urbanas, sin tener que coger el coche en todo el día. Y disfrutando de las pequeñas cosas: un buen libro, caminar descalzos sintiendo el contacto de la tierra a los pies, el olor y los sonidos de la playa por la mañana, el canto de los pájaros, una comida casera, cosechar nuestros propios alimentos en la huerta, observar el paso del tiempo sintiendo los cambios de temperatura en el aire.
En resumen estar más presentes en todo lo que nos rodea y que nos es sencillo y cercano. Porque desconectando nos conectamos con nosotros mismos, con lo esencial. Tú no eres tus redes sociales, ni tu trabajo, ni tus relaciones; tu eres mucho más. Sólo que a veces nos olvidamos de quien somos y cómo somos.
Desconecta, te lo mereces.
Este año he tenido la suerte de disfrutar de estos días de desconexión con la profesora y amiga Susanna Garcia haciendo el Camino SantiYoga. Ha sido un camino de Santiago diferente, todo organizado y sin preocupaciones, pero sobre todo nos ha acompañado con una clase de yoga suave y preparatoria de la mañana antes de las caminatas, y todo de meditaciones y yoga nidra con su voz dulce y presente. Un auténtico placer que os recomiendo desde el corazón.
100 km de Lugo a Santiago a través del camino primitivo, mucho menos masificado en todos los sentidos. Atravesando la zona rural gallega, una delicia de paisajes, buena gente y tranquilidad absoluta. Lástima que muchos tramos, como en todos los caminos al llegar a Galicia, son asfaltados, con los desgaste que ello supone para los pies y rodillas al final del día.
Sin embargo repetiré seguro.
Ale yoguis, que acabéis de disfrutar de vuestras vacaciones y sobre todo, sobre todo, DESCONECTAD !!!!