Cada cierto tiempo (o a diario según la tradición) es bueno volver a revisar nuestro estado, de principio a fin. Uno observa y continua. Forma parte del proceso de liberación en el que entramos al practicar yoga, sería el estudio o indagación sobre uno mismo para poder continuar vaciando o quemando impurezas de todo tipo. En esta indagación a mi me gusta empezar por el cuerpo físico y por la base, en este caso: los pies.